Tras la muerte de su padre, Patricia decide llevar a su mamá a vivir con ella y cree que debe comportarse como la viuda que ahora es. Pero cuando se va a vivir con Marina, se da cuenta que le quedan muchas cosas por hacer.
Patricia y Marina, madre e hija, parecen polos opuestos: Patricia tiene una mentalidad conservadora, y Marina se comporta exactamente al revés. Cuando vuelven a vivir juntas, se dan cuenta que pueden divertirse y liberarse de prejuicios.