Cardo
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Amanece y la culpa invade a María de los pies a la cabeza pero decide no compartirla con nadie. Y mientras sigue con su vida, busca saber que pasa en la vida de su acompañante de accidente. Este sentimiento le lleva a un lugar oscuro y dulce a la vez.
María cada vez mas inmersa en una espiral de autodestrucción que espera que la lleve a algún lugar. María medio consciente de lo que significa quedar con el hijo de Santiago intenta buscar cualquier excusa para no acercarse a la cita.
María necesita dinero para pagar a su nueva abogada. Se ve obligada a recurrir al mundo al que se había jurado no volver: la publicidad. Esta situación tan hostil para ella le hace revivir sus inicios y como empezó su pérdida de la inocencia.
La ansiedad crece y María cada vez está más acorralada. Se acerca el momento de la declaración para el juicio y no tiene mucha más escapatoria. Lo último que se espera María es encontrarse a Gabriel saliendo de juerga.